La gran pila de mampostería que podemos aún observar a pocos metros de la costa de Villaricos es el único vestigio visible que se conserva del moderno cargadero mecánico que se construyó en Marsella hacia 1914. Fue en ese año cuando se cambió el viejo método de carga mediante barcazas y pequeños muelles, reemplazándose por esta imponente estructura que acabó desmantelada después de 1957 cuando cesó la última etapa de actividad minera.

El transporte de mineral se realizaba a través del ferrocarril que construyó el célebre arqueólogo belga Luis Siret a finales del siglo XIX, y recorría tres kilómetros desde las minas de Las Herrerías hasta la costa, con el que conectaba un ramal procedente de El Arteal, a los pies de Sierra Almagrera. El mineral se conducía por este medio hasta siete grandes tolvas, desde donde una cinta transportadora, subterránea en parte, lo desplazaba hasta la vertedera móvil instalada al final del cargadero, que podía embarcar hasta 3.000 toneladas de mineral en una jornada de diez horas.